Nuestras preguntas

VOLVER A LA NORMALIDAD NO BASTA

Hoy en día, ninguno de nosotros vive en un país que haya cumplido plenamente la promesa de igualdad prevista en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ni la mayoría de los países están en camino de alcanzar esos objetivos para 2030. Como señala el informe Goalkeepers 2022, Estamos a mitad de camino de este plazo y el progreso en materia de igualdad de género sigue siendo lento e incluso estancado.

Los datos del Índice EM2030 muestran que el mundo no alcanzará la igualdad de género hasta al menos 2108, casi un siglo después de lo que esperábamos.

Si bien el Índice muestra dónde se están produciendo (y dónde no) se están produciendo avances, también destaca los temas transversales que a menudo aparecen en los países y regiones que están logrando esos avances. Basándonos en esto y en la experiencia de nuestra asociación para la igualdad de género "de lo global a lo local", esbozamos seis recomendaciones que, en conjunto, proporcionan un plan de cambio que puede aliviar los impactos de la COVID-19 y, al mismo tiempo, volver a encaminarnos para alcanzar el objetivo 2030. Edad

1. Reformar y aplicar leyes contra la desigualdad

Debemos eliminar o reformar las leyes discriminatorias mientras también aplicamos legislación que garantiza la igualdad de género. Estas leyes deben aplicarse y monitorearse, algo que es posible cuando están respaldadas por voluntad política y van acompañadas de compromisos presupuestarios y de política, campañas públicas y cambios sostenidos de las normas de género. 

Se comprobó que los países que hacen buen uso de las leyes que facilitan la inclusión económica de las mujeres, por ejemplo, han tenido mejores resultados en salud, nutrición y educación para las mujeres y sus familias, más empleo resiliente para las mujeres y más mujeres en los parlamentos.

2. Invertir en servicios públicos e infraestructura social (incluida el cuidado)

Se necesitan presupuesto con perspectiva de género, impuestos progresivos e inversión fuerte en servicios públicos para financiar la transformación social y lograr la igualdad de género. A medida que los países se recuperan de la covid-19, deben priorizar inversiones en la economía de cuidado  por sobre políticas de austeridad que son menos efectivas en la reducción de las deudas públicas. También deben garantizar que el trabajo de cuidado no remunerado sea visible en estadísticas nacionales y que los servicios de cuidado financiados por el Estado sean asequibles y accesibles. 

3. Promover el liderazgo, la participación y la voz de niñas y mujeres

La participación de niñas y mujeres en la vida pública no es solo un derecho humano fundamental, sino también esencial para la salud económica y social de los países. Sin embargo, las normas de género sobre liderazgo, además de pobreza, cargas de cuidado y violencia contra las mujeres que son figuras públicas a menudo excluyen a mujeres y niñas de espacios de toma de decisiones.

Un estudio en la India revela que la presencia de mujeres líderes en consejos municipales influye en las aspiraciones de las niñas, las expectativas de los padres y madres sobre las hijas, y la cantidad de tiempo que las niñas pasan en la escuela. La visibilidad de las mujeres en cargos públicos también cambia las percepciones de las personas sobre el liderazgo, un paso más para terminar con las normas de género que impiden que mujeres y niñas avancen. 

También es vital abordar las desigualdades y la discriminación estructurales. Podemos hacer esto aliviando la carga de cuidado para permitir que las mujeres ocupen roles de liderazgo, además de invirtiendo en educación y capacitación sobre participación ciudadana, esquemas de mentoreo y programas que mejoren las aspiraciones de las niñas. 

4. Cerrar las brechas en los datos de género

Cerrar la brecha de datos de género es vital en el monitoreo del progreso y para influir en las decisiones de los formuladores de políticas. Debemos cerrar las brechas aumentando los datos (en especial los que permitan análisis interseccionales), al mismo tiempo que aumentamos la capacidad del uso de estos. 

Esto implica hacer que las organizaciones feministas participen en la producción, interpretación y la narrativa de los datos, de modo tal que tengan acceso a los datos necesarios para exigir rendición de cuentas a los formuladores de políticas y tener un impacto en la toma de decisiones. También se necesitan cambios en las normas para garantizar que quienes elaboran políticas valoren los datos de género y las metas como algo vital y no solo algo deseable. 

5. Invertir en organizaciones y movimientos feministas, crearles espacios y prestarles atanción

Los movimientos feministas tienen un rol fundamental en la promoción de la igualdad de género y han sido claves para los avances hasta ahora. Sin embargo, estos movimientos y organizaciones siguen careciendo de fondos y de apoyo.

¿Qué pueden hacer los donantes para apoyarlas? El financiamiento tiene que crecer Y transformarse. Se deben adaptar las prácticas de los donantes para cubrir las necesidad y realidades de estas organizaciones a través de su participación en el diseño de mecanismos de financiamiento. También deben asegurarse de que reciban fondos básicos, directos, flexibles y sostenidos. 

¿Qué pueden hacer los gobiernos? Deben apoyar la seguridad de las feministas activistas, proteger sus derechos humanos y su seguridad, al mismo tiempo que eliminan las barreras para la acción colectiva. Las voces, las experiencias y los datos de los movimientos y las organizaciones feministas también deben incluirse y valorarse en los espacios de decisiones y de formulación de políticas. 

6. Trabajar con niñas y mujeres jóvenes y empoderarlas

Las organizaciones de niñas y jóvenes son defensoras poderosas  de la justicia social, climática y de género. No obstante, siguen siendo infravaloradas y omitidas en decisiones que las afectan. Para empoderar niñas y mujeres, debemos dar respuesta al matrimonio infantil, como lo vienen haciendo nuestras socias en la India, y también derribar las barreras para la educación, como lo hacen las colegas de FAWE y de la IPBF.

Para asegurarnos de que la igualdad de género sea resiliente y que los derechos de las jóvenes y mujeres no queden relegados, los programas, las políticas y las leyes deben estar diseñadas con y para las niñas y las jóvenes, y tiene que haber mayor financiamiento para sus organizaciones y sus activistas. 

Low-income countries continue to face challenges in ensuring that every girl and young woman goes to secondary school - 2022 SDG Gender Index Figure 26

El índice de Género de los ODS de 2022 presenta sombrías conclusiones sobre la falta de progreso desde que se establecieron los ODS, pero también revela historias de esperanza, y los pilares fundamentales que pueden trazar un camino, pero llegar al cumplimiento de la Agenda 2030 y también asegurar que la igualdad sea resiliente, sostenible y, en última instancia ¡imparable! 

Lee el informe completo del índice aquí o descubre los datos en él aquí.