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Educación de las niñas

Equal Measures 2030 ha estado trabajando estrechamente con actores en Kenia y Burkina Faso para mapear aportes y perspectivas de datos en los entornos de educación en contextos de emergencia en ambos países. El proyecto es parte del compromiso de Global Affairs Canada con la Declaración de Charlevoix, que busca mejorar la educación de niñas y mujeres afectadas por las crisis, además de liderar la recolección de mejores datos desagregados por sexo y edad en este tipo de contextos educativos. A través de este proceso, descubrimos que, a menudo, las contribuciones fundamentales de las organizaciones de base que se ocupan de los derechos de las mujeres quedan fuera de las conversaciones.

El informe trata las distintas barreras para que las niñas accedan a educación en contextos de emergencias y conflictos, además de los desafíos que enfrentan las organizaciones de derechos de las mujeres a la hora de usar datos y hacer oír sus voces en estos espacios de toma de decisiones. Una vez que estas organizaciones puedan usar datos de calidad para incidir en el derecho a la educación de las niñas y en su capacidad para participar en espacios decisivos, no solo vamos cambiar el balance de poder en el ecosistema de la educación en contextos de emergencia, sino que vamos a dar soluciones más eficaces y personalizadas. Esperamos que el informe sea un paso hacia la enmienda de los actuales desbalances mediante la promoción de datos más fundamentados y equitativos y mecanismos de colaboración más fuertes.

Hallazgos claves:

Todo intento de solución para la educación de las niñas en contextos de emergencia en África Subsahariana debe comenzar con quienes tienen un profundo conocimiento de los desafíos que ellas mismas enfrentan; en este caso, las organizaciones de derechos de las mujeres en Burkina Faso y Kenia.  

  • Las soluciones tienen que ser específicas para los contextos locales. Es central en estos desafíos y en la eficacia de las respuestas que se consideren las condiciones contextuales que viven las niñas en situaciones de crisis. Estas experimentan un abanico de amenazas y obstáculos que poco se entienden, en parte por la falta de datos y de datos de calidad, relativos al género. Esto les impide tener una educación segura y de excelencia y, en última instancia, formarse.  
  • Las niñas enfrentan barreras para acceder a la educación y viven violencia: Estas violencias incluyen la violencia de género, discriminación, matrimonio infantil y forzado, y falta de acceso a atención médica y gestión de higiene menstrual y otros servicios básicos.  Además, son las que quedan relegadas a las tareas de cuidado y domésticas no remuneradas y excluidas porque se les da prioridad a los varones a la hora de sopesar en quiénes se destinará dinero para la escolaridad.

  • Las infancias en las escuelas todavía experimentan desafíos.  Esto tiene que ver con infraestructura precaria, clases superpobladas, falta de un profesorado capacitado y falta de paridad de género en el personal educativo.
  • Los desafíos dentro de la escuela pueden tener sesgos de género.  Los desafíos pueden afectar a las niñas de forma diferenciada. Por ejemplo, la falta de personal femenino puede influir en la decisión de los padres de sacar a las niñas del contexto escolar por motivos de seguridad.
  • Las organizaciones de derechos de las mujeres pueden cubrir estas brechas: El próximo paso será definir e implementar mecanismos más fuertes para aprovechar las alianzas y la incidencia basada en datos.
  • El sector de la educación en contextos de emergencia puede transformase mediante el conocimiento de las organizaciones de base. Cuando las decisiones se tomen con conocimiento de las mujeres y niñas de base que realmente comprenden las barreras y los desafíos que ellas enfrentan, no solo comenzaremos a cambiar el poder en ese ecosistema educativo, sino que también llegaremos a soluciones más eficaces y personalizadas.

¿Cómo transformamos la educación en contextos de emergencia?

1. Al incluir, amplificar y respetar a las organizaciones de derechos de mujeres en todos los niveles. Las organizaciones actualmente no forman parte de las discusiones nacionales sobre los desafíos y las directivas para las políticas y las intervenciones en estos contextos educativos. Sin representación de las organizaciones de base, se pierden matices fundamentales y esto crea brechas en la prestación de servicios. Para lograr lo propuesto podemos hacer los siguiente:
  • Descentralizar las estructuras de coordinación e incluir a las organizaciones de derechos de las mujeres como aliadas en todas las etapas, no simplemente para cubrir cuotas. Esto garantizará que la recolección de datos de los grupos de trabajo y las estructuras de toma de decisiones estén en consonancia con las perspectivas y capacidades de la organización.
  • Aclarar las ideas sobre las fuentes y los tipos de datos para que el grupo de trabajo sea eficaz, además de aclarar sobre mecanismos de flujos de datos entre los miembros del grupo de trabajo.
  • Los grupos de trabajo nacionales también deben desarrollar subgrupos específicos que se centren en cuestiones de las niñas y la educación en contexto de emergencia.
2. Al expandir el impacto mediante programas más amplios e interseccionales. Numerosos programas implementados por organizaciones de derechos de las mujeres, ONG internacionales y gobiernos están logrando resultados promisorios; sin embargo, con frecuencia todavía se encuentran enfocados en aspectos específicos de su impacto y su meta en el escenario de la educación en contextos de emergencia. Proponemos:
  • Crear alianzas más fuertes entre programas que aborden distintos problemas. Los programas individuales en general se limitan a un área de trabajo para abordar los desafíos que enfrentan las niñas en la educación en contextos de emergencia (por ej., estructuras patriarcales, falta de servicios de salud y bienestar, violencia de género y mutilación genital femenina, pobreza y presión económica, desafíos adicionales en el caso de niñas con discapacidades), pero esto puede cambiar con alianzas y redes fortalecidas.
  • Reconocer los retos específicos que tienen las niñas y evitar las tendencias actuales hacia enfoques que omiten las cuestiones de género en el diseño y la implementación de programas de educación en contextos de crisis.
3. Al mejorar las capacidades de datos de las organizaciones de derechos de las mujeres. Estas organizaciones reconocen el papel fundamental de la recolección de datos de las organizaciones de base y el acceso a bases de datos nacionales para el desarrollo de sus servicios y la incidencia efectiva. Sin embargo, pueden estar limitadas por sus capacidades internas para acceder a los datos nacionales, compartir datos, asegurarse de la confiabilidad de los datos y amplificar eficazmente sus análisis y herramientas de datos para hacer incidencia. La propuesta es la siguiente:
  • Ofrecer formación y desarrollo de capacidades a organizaciones de derechos de las mujeres con el foco en mejores prácticas para la recolección de datos, su visualización y análisis.
  • Mejorar la accesibilidad y la presentación de bases de datos gubernamentales, y dar a las organizaciones de base instrucciones claras sobre cómo acceder y usar datos.
4. Al descolonizar el actual financiamiento global. Las estructuras de financiamiento para las organizaciones de derechos de las mujeres están ampliamente impuestas por instituciones mundiales con conocimiento limitado de los contextos locales. Esto replica desigualdades coloniales y, con frecuencia, coloca a las organizaciones de base en lugares donde tienen que comprometer su misión para acceder a recursos básicos. Proponemos lo siguiente:
  • Los financiadores en el ámbito del desarrollo internacional deben poner atención a la creación de convocatorias decoloniales que implementen enfoques participativos en el diseño de programas y en la distribución de recursos.
  • Dejar de lado mecanismos de distribución del financiamiento basado en proyectos entre las organizaciones de base, que no solo limitan la flexibilidad de las organizaciones para tratar cuestiones que consideran críticas, sino que, además, genera riesgos en cuanto a que las organizaciones queden encasilladas dentro de los límites dictados por los financiadores.

Conoce más de nuestras organizaciones socias:

Initiative Pananetugri pour la Bien-être de la Femme (IPBF), Burkina Faso

  • Initiative Pananetugri pour la Bien-être de la Femme (IPBF) (la Iniciativa Pananetugri para el Bienestar de las Mujeres) se centra en el desarrollo del liderazgo y el empoderamiento de las mujeres, especialmente de jóvenes y niñas. 
  • En alianza con EM2030, IPBF se centra en la mejora del acceso y del uso de datos sobre la educación de las niñas en contexto humanitarios y de crisis en Burkina Faso y África Occidental. 

FAWE (Forum for African Women Educationalists), Kenia 

  • FAWE es una organización panafricana liderada por mujeres africanas que trabajan hacia la igualdad en educación en todo el continente.
  • En alianza con EM2030, FAWE se centra en mejorar el acceso y el uso de datos sobre la educación de las niñas en contextos humanitarios y de crisis en Kenia y el resto de África.

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