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La urgente lucha de Kenia contra el feminicidio 

Por Safourata Sidibé, consultora en comunicación multilingüe para Equal Measures 2030

En Kenia, el feminicidio se ha convertido en una realidad mortal que enfrentan las mujeres a diario. En septiembre de 2024, la atleta olímpica Rebecca Cheptegei fue quemada por su expareja. En 2022, Damaris Mutua fue encontrada estrangulada en la casa de su novio. En 2021, Agnes Tirop fue apuñalada hasta la muerte por su esposo. Estos casos de Kenia hicieron titulares internacionales porque las tres eran atletas competitivas, pero sus historias resaltan una crisis que trasciende las tragedias individuales y refleja un problema sistémico. Según Africa Data Hub, al menos 500 mujeres fueron asesinadas por sus parejas íntimas entre enero de 2016 y diciembre de 2023, y entre el 39 % y el 47 % de las mujeres kenianas han experimentado violencia de género en su vida. 

El feminicidio en Kenia no es solo una serie de eventos trágicos; es un problema sistémico profundamente arraigado en normas misóginas y estructuras sociales que perpetúan la violencia contra las mujeres como método de control y disciplina. “El problema es la normalización de la violencia de género y la retórica de que, sí, las mujeres son desechables”, dijo Njeri wa Migwi, cofundadora de Usikimye—en suajili, “No guardes silencio”—una organización keniana que trabaja con víctimas de violencia de género. Esta normalización refleja una grave falla en las actitudes sociales y en la capacidad de respuesta del Estado ante tales violencias, lo que hace cada vez más difícil romper el ciclo. 

Respuesta del gobierno y la indignación pública 

En enero de 2024, en respuesta a la crisis en aumento y a la creciente presión pública, Mohamed Amin, Director de Investigaciones Criminales de Kenia, anunció la formación de una unidad especial para acelerar el tratamiento de los casos de feminicidio. Sin embargo, esta medida fue recibida con escepticismo. Muchos activistas argumentan que es insuficiente en una sociedad donde a menudo se culpa a las propias víctimas. Este sentimiento fue evidente en la controvertida sugerencia de la senadora Tabitha Mutinda, quien afirmó que los asesinatos de jóvenes son resultado de sus propias aspiraciones financieras, llevándolas a relaciones peligrosas. Estas actitudes revelan la difícil lucha de las mujeres kenianas para exigir justicia y reformas sistémicas. 

Los movimientos de mujeres están respondiendo 

A pesar de estos desafíos, las mujeres kenianas están respondiendo. Tras la muerte de 14 mujeres en el primer mes de 2024, aproximadamente 10,000 mujeres salieron a las calles en Kenia en enero de 2024, en lo que se convirtió en la mayor manifestación contra la violencia de género en la historia del país. Esta poderosa demostración de unidad refleja un largo legado de organización feminista, incluyendo los esfuerzos de grupos como la sección keniana de la Federación Internacional de Abogadas y la Coalición contra la Violencia hacia las Mujeres

Estas organizaciones han impulsado cambios en los marcos legales, y la coalición de manifestantes en enero también presenta demandas de reformas integrales para combatir el feminicidio y la violencia de género, incluyendo: 

  • Reconocimiento legal: El feminicidio debería ser reconocido como un crimen distinto al asesinato, para asegurar respuestas legales específicas. 
  • Recopilación precisa de datos: La Oficina Nacional de Estadísticas de Kenia debería ser responsable de recopilar datos precisos y detallados sobre violencia de género para orientar políticas y estrategias de intervención. 
  • Eficiencia judicial: Es urgente acelerar los casos de feminicidio en los tribunales para minimizar las demoras que pueden traumatizar aún más a las víctimas y sus familias. 
  • Educación y capacitación: La educación pública sobre violencia de género y estereotipos de género es esencial, junto con una capacitación completa para profesionales de la salud, agentes de las fuerzas del orden y el personal judicial. 
  • Responsabilidad de los medios: El papel de los medios en la formación de la opinión pública es crucial. Es vital que los reportajes sobre feminicidio se centren en las sobrevivientes, evitando el sensacionalismo y respetando la dignidad de las víctimas y sus familias. 
  • Mayor representación: Asegurar una mayor representación de mujeres y defensoras feministas en el gobierno y otros órganos de decisión es fundamental para impulsar el cambio. 

Abordar las causas subyacentes de la desigualdad 

Estas reformas son cruciales para abordar directamente la violencia de género y el feminicidio y para hacer justicia a sus víctimas. Sin embargo, se necesita un progreso más amplio en la igualdad de género para abordar los problemas sistémicos que perpetúan la violencia de género y la desigualdad. Según el Índice de Género de los ODS de 2024, Kenia obtuvo una puntuación “muy baja” de 53,6 sobre 100, ocupando el puesto 109 de 139 países a nivel mundial y el 10 de 36 países en África Subsahariana. El índice destaca varias áreas críticas donde Kenia está rezagada, como la seguridad económica para las mujeres, el acceso a la justicia y la representación en los procesos de toma de decisiones—todos factores que contribuyen al entorno general de desigualdad y violencia. 

Notablemente, el índice señala que una alta proporción de mujeres en Kenia (de 15 años o más) informa que no tiene suficiente dinero para comprar alimentos o proporcionar refugio adecuado, lo que puede aumentar su vulnerabilidad a la violencia, incluyendo el feminicidio. La inseguridad económica a menudo obliga a las mujeres a situaciones o relaciones peligrosas, haciéndolas más susceptibles a la violencia doméstica y a desenlaces fatales. Además, la falta de progreso en la representación de las mujeres en los órganos de toma de decisiones y el acceso inadecuado a infraestructura y servicios de calidad profundizan estas vulnerabilidades. 

El camino por delante 

La crisis del feminicidio en Kenia exige una acción urgente y sostenida en los niveles social, político y económico. Movimientos en países como Argentina y Sudáfrica ya se han movilizado con éxito para abordar la violencia de género, proporcionando ejemplos poderosos de cómo lograr el cambio. En Argentina, el movimiento #NiUnaMenos impulsó manifestaciones nacionales y fue crucial en la presión por leyes más estrictas sobre violencia de género. De manera similar, en Sudáfrica, el movimiento #TotalShutdown llamó la atención sobre el feminicidio y la violencia de género, influyendo en enmiendas políticas y estrategias de aplicación. 

Estos ejemplos destacan que el feminicidio es una crisis mundial, pero los movimientos feministas y los defensores de base han estado al frente de la demanda de cambio. El coraje y la determinación de las mujeres kenianas que salieron a las calles muestran el camino a seguir, no solo para Kenia, sino para otros países que enfrentan las mismas luchas. 

Es momento de que todos nosotros—gobiernos, comunidades e individuos—nos unamos a su llamado. La violencia de género no puede continuar siendo una epidemia silenciosa. Debemos unirnos para acabar con el feminicidio, impulsar el cambio social y asegurar que las mujeres en todas partes puedan vivir sin miedo. 

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Esta serie de blogs, realizada por Equal Measures 2030, tiene como objetivo sensibilizar durante los 16 días de activismo y el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Lea los demás blogs de esta serie:

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