El lugar más inseguro para una mujer no debería ser su hogar: Una mirada más cercana a las tasas de feminicidio en Brasil
El informe más reciente de ONU Mujeres y UNODC reveló que 85,000 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente por hombres en 2023, y el 60 % de estas muertes fueron perpetradas por alguien cercano a la víctima, ya sea una pareja íntima o un miembro de la familia. El informe también muestra que 140 mujeres y niñas mueren cada día a manos de su pareja o un pariente cercano, lo que equivale a una mujer o niña asesinada cada 10 minutos. Sin embargo, según datos del Banco Mundial, 109 países (de un total de 190) aún no han desarrollado mecanismos integrales para abordar la violencia contra las mujeres.
El feminicidio, un término que se refiere al asesinato de mujeres debido a su género, es una de las formas más extremas de violencia de género. En Brasil, el informe anual del Foro Brasileño de Seguridad Pública mostró que, por segundo año consecutivo, el país ha registrado el mayor número de mujeres asesinadas por razones relacionadas con el género desde la promulgación de la Ley n.º 13.104/2015, que define y tipifica este delito. Al observar más de cerca los datos, se revela que la mayoría de las mujeres y niñas víctimas eran mujeres negras (63.6 % de las víctimas), el 71.1 % tenía entre 18 y 44 años, y el 64.3 % fueron asesinadas en sus propios hogares. Además, el 63 % de las víctimas fueron asesinadas por una pareja íntima y el 21.2 % por una expareja íntima.
El informe también registró niveles sin precedentes de violaciones y otras formas de violencia de género: los casos denunciados de violación aumentaron un 6.5 % respecto al año anterior, alcanzando un nuevo máximo histórico de 83,988 casos, lo que equivale a una mujer violada cada seis minutos. A pesar de esta realidad horrorosa, persisten los esfuerzos para criminalizar a las víctimas de violación que se someten a un aborto, lo que agrava la violencia infligida a estas mujeres y sus cuerpos.
Comprender la violencia para abordarla de manera efectiva
Para combatir esta violencia de manera efectiva, es esencial comprender cómo afecta a diferentes grupos, especialmente en un país como Brasil, que ha sido moldeado por desigualdades históricas y un acceso desigual a los derechos fundamentales. Beatriz Accioly, Coordinadora de Asociaciones y Relaciones Institucionales en el Instituto Natura, destaca que el feminicidio afecta de manera desproporcionada e inequitativa a ciertos grupos y que se necesitan datos desagregados para revelar toda la magnitud del problema y orientar soluciones. Como ella explica: “Desafortunadamente, el país carece de datos sistemáticos sobre feminicidios desglosados por factores como la educación y los ingresos. Esta información es vital para comprender y medir estas vulnerabilidades y sus intersecciones, así como los vínculos entre la violencia contra las mujeres y problemáticas sociales más amplias como la violencia urbana y el crimen organizado“.
El contexto de la criminalización del feminicidio en América Latina y Brasil
Según la CEPAL, en 2023 todos los países de América Latina y el Caribe tenían leyes destinadas a prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, y 19 países habían aprobado leyes y protocolos que penalizan el feminicidio o las muertes violentas de mujeres por razones relacionadas con el género. Sin embargo, a pesar de los avances legislativos, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una realidad persistente en la región. En 2023, 11 de los 18 países latinoamericanos que reportaron datos sobre feminicidios tenían tasas que superaban una víctima por cada 100,000 mujeres, siendo Brasil el tercero con la tasa más alta.
La Ley Maria da Penha (Ley N.º 11.340/2006)
La Ley Maria da Penha (Ley nº 11.340/2006) lleva 18 años en vigor en Brasil y marcó un hito histórico en la lucha contra la violencia contra las mujeres. Antes de esta ley, estos crímenes eran denominados “crímenes pasionales” o “crímenes de honor”, y las agresiones eran consideradas asuntos menores y privados. Con su aplicación, la violencia doméstica fue reconocida como una violación de los derechos humanos, exigiendo acciones eficaces por parte del Estado para proteger a las víctimas y castigar a los agresores.
El concepto de feminicidio fue introducido por primera vez en el Código Penal Brasileño en 2015 con la aprobación de la Ley N.º 13.104/2015, que clasifica el asesinato de mujeres motivado por razones de género como un delito más grave, acompañado de sanciones más severas. En el marco de la campaña nacional de movilización por el “Cero feminicidio”, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva promulgó recientemente una nueva ley que incrementa las penas para el feminicidio, elevándolas de 20 a 40 años (en comparación con los 12 a 30 años anteriormente), siendo la pena más alta contemplada en el Código Penal Brasileño.
Este cambio legislativo especifica el feminicidio en un artículo distinto, reconociéndolo como un delito atroz y no como una simple variación del homicidio. También introduce nuevas circunstancias agravantes que pueden aumentar la pena, como el uso de veneno, la tortura u otros medios crueles; la emboscada u otras estrategias que hagan imposible la defensa de la víctima; y el uso de armas de fuego de uso restringido o prohibido. La nueva ley también endurece las sanciones para los condenados que violen medidas de protección mientras cumplen su sentencia.
Sin embargo, Beatriz Accioly señala que estos recientes cambios legislativos han suscitado escepticismo entre los expertos. Las organizaciones de la sociedad civil critican el enfoque en el aumento de las penas, argumentando que medidas similares adoptadas con la ley de 2015 no han logrado reducir el número de crímenes. Según ella, “estos cambios también se introdujeron sin un diálogo previo con la sociedad civil y otros sectores de la población para encontrar soluciones, y priorizan medidas punitivas como una supuesta solución a un problema social extremadamente complejo. Incluso existe preocupación de que estos cambios puedan tener el efecto contrario al esperado.”
Los cambios legislativos deben ir más allá de las medidas punitivas y centrarse también en un sistema de apoyo más integral y holístico para las mujeres, incluyendo educación, prevención y apoyo, así como una aplicación efectiva de las leyes de protección, para abordar las causas profundas de la violencia y garantizar una seguridad a largo plazo.
Monitoreo a nivel nacional: El Mapa Nacional de la Violencia Basada en Género
El Mapa Nacional de la Violencia Basada en Género es una plataforma interactiva que agrupa datos públicos oficiales sobre la violencia hacia las mujeres. Este tablero consolida información del Senado Federal, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) y el Sistema Único de Salud (SUS). Está alineado con el artículo 38 de la Ley Maria da Penha, que prevé la sistematización de datos a nivel nacional y la evaluación periódica de los resultados de las medidas implementadas. Esta plataforma interactiva es crucial para orientar políticas públicas y acciones basadas en evidencia.
Accioly señala: “El mapa permite y facilita el acceso a datos e indicadores esenciales para abordar el problema de la violencia hacia las mujeres en Brasil. Los datos permiten que las mujeres y niñas accedan a sus derechos, crean conciencia y generan soluciones para cambiar su realidad, garantizando su seguridad y bienestar.”
Agrega: “A pesar de esfuerzos localizados importantes y positivos, falta una producción regular de datos centralizados a nivel nacional. Esta carencia genera una comprensión distorsionada del problema real. Lo que no se monitorea ni mide con rigor no puede ser efectivamente seguido, evaluado ni ejecutado utilizando objetivos medibles, comparables y confiables.” Para ella, el mapa puede inspirar a otros países, ya que es el primero en disponer de una base de datos pública unificada e integrada sobre los diferentes tipos de violencia.
En el marco de los 16 días de activismo, Accioly nos recuerda con fuerza: “Los indicadores son esenciales para el progreso. Lo que no se monitorea no se entiende. Son medios para contar las historias de derechos violados: de mujeres que hemos perdido en muertes que podrían y deberían haberse evitado.”
Esta serie de artículos de blog, realizada por Equal Measures 2030, tiene como objetivo sensibilizar durante los 16 Días de Activismo y el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para destacar este problema y la necesidad de disponer de datos completos y comparables. Lee los demás artículos de esta serie:
- La urgente lucha de Kenia contra el feminicidio
- Romper el silencio: Combatir los feminicidios y las violencias de género en Indonesia
- Resistiendo la violencia, reimaginando la igualdad: El poder de los datos de género y el fortalecimiento de capacidades
- Por qué es esencial abordar las violencias basadas en género (y contabilizarlas) para lograr la igualdad de género