Nuestras preguntas
Es una realidad lamentable que ningún país ha cumplido aún con la promesa de igualdad establecida por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De hecho, los avances son lentos y, en algunos casos, incluso hay retrocesos. El Índice de Género de los ODS nos permite identificar dónde se están logrando progresos (y dónde no), y formular recomendaciones para retomar el camino hacia la consecución de la Agenda 2030.
Reformar y aplicar las leyes de desigualdad
Debemos implementar leyes que garanticen la igualdad de género y eliminar o reformar aquellas que resulten discriminatorias. La efectividad de estas leyes depende de su adecuada aplicación, la cual requiere voluntad política, así como compromisos políticos y presupuestarios. Hemos observado que los países que aprovechan eficazmente las leyes de igualdad logran mejores resultados en salud y educación para las mujeres y sus familias, además de una mayor representación en el empleo y la política.
Invertir en servicios públicos y en infraestructuras sociales, incluidas las de cuidado.
Para financiar la transformación social hacia la igualdad de género, es fundamental contar con presupuestos que integren la perspectiva de género, una fiscalidad progresiva y una sólida inversión en servicios públicos, especialmente en la economía del cuidado. El trabajo de cuidados no remunerado debe hacerse visible en las estadísticas nacionales para orientar con precisión las inversiones públicas.
Promover el liderazgo, la participación y la voz de las niñas y las mujeres
La participación de niñas y mujeres en la vida pública no solo es un derecho humano fundamental, sino también un elemento clave para la salud social y económica de los países. Es crucial abordar barreras como las normas de género restrictivas sobre el liderazgo, la pobreza, las responsabilidades de cuidado y la violencia contra mujeres en roles públicos, que a menudo excluyen a niñas y mujeres de los espacios de toma de decisiones.
Cerrar las brechas en los datos de género
Para monitorear los avances e influir en los responsables políticos, es necesario aumentar la disponibilidad de datos desglosados y fortalecer la capacidad para utilizarlos. Podemos lograrlo involucrando a organizaciones feministas en la producción, interpretación y comunicación de datos, y facilitándoles el acceso a datos de género.
Invertir, crear espacios y escuchar a las organizaciones y movimientos feministas
Los movimientos feministas son fundamentales para el avance y la promoción de la igualdad de género, pero enfrentan una falta de financiamiento y apoyo adecuados. Las prácticas de los donantes deben ajustarse para garantizar un financiamiento inclusivo y sostenible. Además, los gobiernos deben apoyar su seguridad y reconocer su experiencia y sus datos en los espacios de toma de decisiones.
Trabajar con niñas y mujeres jóvenes y darles autonomía
Las organizaciones lideradas por niñas y jóvenes son defensoras poderosas de la justicia de género. Para asegurar que la igualdad de género perdure y que los derechos de las niñas y jóvenes no retrocedan, es fundamental hacer campaña para incrementar su financiamiento y colaborar con ellas en el diseño de programas, políticas y leyes que respondan a sus necesidades.