Beijing+30: Sostener lo conquistado, defender el progreso y movilizarnos de cara al futuro
Treinta años atrás, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing fue un momento definitorio para la igualdad de género a nivel mundial. Como resultado, vimos la creación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un marco innovador que delineó los compromisos para promover los derechos de las mujeres en 12 áreas críticas, que incluyen la educación, la participación política, la justicia económica y las vidas libres de violencia. Con el apoyo de un total de189 Gobiernos, este marco sigue siendo uno de los planes más ambiciosos a nivel global para lograr la igualdad de género y ha sido central en todos los avances que hemos visto desde 1995: la proporción de mujeres en los parlamentos nacionales subió más de doble y pasó de ser el 11, 3% en aquel año a ser aproximadamente el 26, 9% en 2024, y 193 países ahora cuentan con leyes contra la violencia basada en el género en comparación con los 12 que contaban con este tipo de legislación allá por 1995. También hubo grandes saltos en materia de educación y derechos reproductivos, el empoderamiento económico de las mujeres y su rol en la construcción de la paz.
Este año, la 69.a sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69) celebrará el 30.o aniversario de esta declaración con Beijing+30. Se espera que sean dos semanas de revisión y evaluación sobre cuánto hemos avanzado en la concreción de dichos compromisos. Sin embargo, este aniversario cae en un momento en el que los movimientos feministas están enfrentando desafíos sin precedentes.
Un entorno cambiante: Victorias feministas, retos y ataques
El movimiento feminista global ha dado grandes pasos desde 1995, con más mujeres en liderazgo, mayor protección legal y ampliación del derecho al aborto. Sin embargo, todo el impulso hacia la igualdad de género ahora se encuentra en jaque. En todo el mundo, se pusieron en marcha movimientos conservadores y autoritarios que proponen el desmantelamiento de las conquistas que nos han llevado muchas batallas, en particular, en áreas como los derechos reproductivos, la protección a la comunidad LGBTQ+ y libertades cívicas.
El Global Philanthropy Project calcula que entre 2013-2017, los actores en contra de la igualdad de género en todo el mundo recibieron USD 3,700 millones, más que el triple del financiamiento destinado a los grupos LGBTQI+ en todo el mundo. Mientras tanto, entre 2021-22, las organizaciones por los derechos de las mujeres recibieron apenas el 0,7 por ciento de toda la ayuda relativa al género según la OCDE, y esto fue antes de los recortes aberrantes que sacuden hoy los presupuesto para la ayuda. Algunos Estados como Países Bajos y Estados Unidos apuntaron directamente al financiamiento de programas por la igualdad de género y sus recortes han puesto en riesgo a todas y cada una de las organizaciones que trabajan en pos del cambio social. El desfinanciamiento de los movimientos de derechos de las mujeres no es solo un tema financiero; es un movimiento político deliberado para debilitar la lucha por la igualdad.
A la vez que las organizaciones feministas y de derechos de las mujeres están trabajando en un entorno con cada vez menos recursos, también se enfrentan a una reducción de los espacios de participación ciudadana. Nuestro Índice de Género de los ODS 2024 reveló que para 2022, 91 países todavía tenían puntajes bajos o muy bajos en materia de autonomía personal, derechos individuales y vidas libres de discriminación. Además, el derecho de las mujeres a opinar abiertamente de cuestiones políticas, tanto en la esfera privada como pública, fue sostenidamente en baja a nivel mundial desde el año 2015. Por su parte, CIVICUS también informó que, en 2023, apenas el 3, 2% de las personas vivía en países con un espacio cívico abierto y libre, mientras que casi un tercio se encontraba en países donde los derechos a reunirse pacíficamente, asociarse y expresarse estaban seriamente limitados.
El espacio cívico es vital para que los movimientos feministas se organicen, aboguen y exijan responsabilidad a los Gobiernos. Cuando este espacio se reduce, se debilita no solo la igualdad de género, sino también toda la lucha más amplia por los derechos humanos, la justicia y la gobernanza inclusiva.
A pesar de estos retos, los movimientos feministas siempre se han hecho camino impulsados por la resiliencia colectiva, la solidaridad y la organización de base, algo que continuarán haciendo incluso de cara a la resistencia. Camino hacia Beijing+30, las organizaciones feministas de todo el mundo se han reunido para evaluar el progreso, generar estrategias ante la actual embestida conservadora y promover nuevos compromisos en torno a la igualdad de género. Como parte de nuestro esfuerzo colectivo, la membresía de nuestra coalición fue fundamental en el impulso por la incidencia y la movilización.
La incidencia de FEMNET: Elevar las voces de las mujeres africanas en Beijing+30
FEMNET, la red para el desarrollo y la comunicación de las mujeres africanas, tuvo un papel clave a la hora de llevar las voces de las mujeres africanas en el proceso de Beijing+30. En alianza con NGO CSW África y ONU Mujeres, organizó 13 consultas en las cinco subregiones africanas donde participaron más de 3100 personas. Estas discusiones convocaron a organizaciones por los derechos de las mujeres, grupos de juventudes, ONG internacionales y agencias de Naciones Unidas para evaluar el progreso y los retos.
Una reunión regional en Addis Ababa en octubre de 2024 convocó a 300 participantes de 55 Estados africanos, para elaborar un documento de posición en el que se detallaban los logros claves, las brechas y las recomendaciones en seis áreas críticas: desarrollo inclusivo, erradicación de la pobreza, rendición de cuentas institucional, sociedades pacíficas y sostenibilidad medioambiental. El liderazgo de FEMNET garantizó que las prioridades de las mujeres estén al centro de las discusiones globales de Beijing+30 y promovió acción significativa sobre la igualdad de género.
El liderazgo de ARROW: Promover la justicia de género en Asia y el Pacífico
ARROW fue vital en el proceso de revisión de Beijing+30 con su liderazgo en incidencia y la elaboración de recomendaciones sobre los compromisos hecho en la Plataforma de Acción de Beijing, en particular, en áreas de salud y derechos sexuales y reproductivos, igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. Como copresidenta del Comité Directivo Regional sobre Beijing+30 para Asia Pacífico, ARROW fue una pieza fundamental en la organización conjunta de una serie de consultas virtuales donde participaron 503 personas, que incluía feministas, organizaciones de la sociedad civil y por los derechos de las mujeres, individuos y redes de 13 comunidades claves y 32 países. Además, ARROW facilitó la consolidación de ideas emergentes en un informe que destaca recomendaciones fundamentales sobre la región parar acelerar el avance de la Plataforma de Acción de Beijing.
En línea con su compromiso con el liderazgo joven, ARROW como miembro del Comité Directivo también organizó un foro de juventudes feministas que reunió a más de 100 jóvenes para identificar recomendaciones sobre Beijing y una serie de eventos como parte del Foro Ministerial sobre Beijing+30 llevado a cabo en Bangkok en noviembre. ARROW contribuyó significativamente a diálogos sobre políticas y esfuerzos de incidencia para destacar retos emergentes y persistentes en la implementación de la Plataforma de Beijing en la región de Asia Pacífico. Al aprovechar los datos, la investigación feminista y el análisis interseccional, ARROW garantizó que las revisiones de Beijing +30 no sean solo una reflexión sobre el avance en el pasado, sino también catalizadores para la acción acelerada hacia la justicia de género y la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todo el mundo.
El empuje hacia un futuro de igualdad de género en el marco de Beijing+30
Con el inicio de la CSW69, las organizaciones y activistas feministas de todo el mundo se juntarán para evaluar la implementación de la Plataforma de Beijing y generar estrategias que contrarresten el retroceso en derechos de las mujeres. La declaración política que surja de CSW69 servirá como compromiso renovado de dicha plataforma, con recomendaciones concretas provenientes de las experiencias y los aportes recabados mediante estas amplias consultas regionales.
Las discusiones de este año serán vitales para exigirles a los Gobiernos responsabilidad, demandar compromiso político renovado y hacer presión parar lograr mayores fondos para los movimientos feministas, que han sido sistemáticamente desfinanciados a pesar de su papel esencial en la promoción de la igualdad de género. Beijing+30 no es solo una reflexión o celebración del pasado; es un llamamiento a la acción y la rendición de cuentas. Si bien se han logrado avances, el presente sigue siendo frágil y dispar, especialmente para la mayoría de las mujeres y niñas en los márgenes. El camino para un futuro de igualdad de género es largo, pero los movimientos feministas continuarán resistiendo y demandando un mundo justo y sostenible para todo el mundo.