Promover la igualdad de género: cómo aprovechar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el marco del Día de los Derechos Humanos 2020
Por Aarushi Khanna, coordinadora regional de Equal Measures 2030 y Paula Trujillo, asesora de Políticas e Incidencia 2030
Sai Jyothirmai Racherla (Sai), subdirectora ejecutiva de ARROW, socio regional de EM2030 en Asia, considera que el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos no son mutuamente excluyentes sino que, en cambio, se refuerzan y complementan mutuamente. Hoy, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, conversamos con Sai. En esta conversación nos comenta sobre las oportunidades y las experiencias de las organizaciones feministas que se involucran en mecanismos y marcos internacionales, regionales y nacionales por los derechos humanos para promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR) y para garantizar la rendición de cuentas con respecto a los derechos de las mujeres y las niñas.
De acuerdo con Sai Jyothirmai Racherla, “el derecho a decidir si buscar un embarazo o cuándo hacerlo —o si continuar o no un embarazo— es un derecho humano fundamental que no puede concretarse a menos que quienes tienen la obligación de hacerlo garanticen el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. De manera similar, las muertes maternas evitables son una violación del derecho a la vida y la reducción del índice de mortalidad materna es un indicador clave de los ODS”.
Para ARROW, la Agenda 2030 y los marcos de los derechos humanos están estrechamente vinculados. Lograr los ODS allanará el camino para cumplir, defender y proteger todos los derechos humanos con el fin de garantizar el principio de los ODS de “no dejar a nadie atrás”, que claramente se apoya en la no discriminación y la igualdad.
“A pesar de la resistencia y las dificultades [respecto de los derechos de las mujeres y las niñas en el clima político actual], estos espacios han defendido la igualdad de género y la SDSR a través de esfuerzos persistentes de mujeres, jóvenes y defensores y defensoras LGBTIQ”, explica.
ARROW —junto con sus socios y socias, incluidas organizaciones dirigidas por jóvenes, que prestan servicios a jóvenes, dirigidas por mujeres, LGBTIQ y organizaciones de la sociedad civil de toda la región de Asia y el Pacífico— se ha comprometido con el proceso de los ODS antes de su adopción en 2015. Junto con otras organizaciones por los derechos de las mujeres, han trabajado incansablemente para contribuir al lenguaje progresista de la resolución, los objetivos, las metas y los indicadores, centrado en la igualdad de género y que ratifica la sexualidad. Junto con socios y socias, participan en todos los niveles en los procesos de los ODS, como los exámenes nacionales voluntarios del Foro Político de Alto Nivel (FPAN) y el monitoreo del objetivo 5 de los ODS sobre el progreso de la igualdad de género en 19 países asiáticos.
De igual manera, el socio regional de Asia de EM2030 participa periódica y sistemáticamente con el Consejo de Derechos Humanos (CDH), donde ha visto respuestas afirmativas con respecto a la igualdad de género y la SDSR. A manera de ejemplo, la resolución sobre la violencia contra las mujeres de junio de 2015 tenía lenguaje progresista sobre SDSR e igualdad de género y fue la primera resolución de la historia de las Naciones Unidas que incorporó la expresión “educación sexual integral”. De manera similar, destaca Sai, la resolución anual de las Naciones Unidas de 2018 sobre Discriminación Contra Mujeres y Niñas desempeñó un papel importante en la exigencia del desarrollo y la vigilancia del cumplimiento de políticas, buenas prácticas y marcos legales que respeten el derecho a la autonomía corporal, “un concepto crucial referido a la SDSR, incluido el aborto, desde la Conferencia de Beijing”.
Pero, ¿dónde desempeñan un papel los datos y la evidencia al involucrarse con esos mecanismos y procesos? Para ARROW, ese papel es claro: su estrategia fundamental como organización de incidencia es monitorear los compromisos gubernamentales con la salud de las mujeres usando indicadores con base en los derechos y sensibles con respecto al género, tanto en línea con los ODS como con el marco de los derechos humanos. ARROW utiliza datos y evidencia para medir el progreso, las deficiencias y las dificultades que rodean a la igualdad de género y la SDSR en sus países de interés. Esa información ayuda a responsabilizar a los gobiernos de los compromisos asumidos en contextos de normas, leyes y políticas internacionales, regionales y nacionales. Para Sai, “la incidencia basada en datos y evidencia es crucial para el desarrollo de leyes, políticas y programas [para promover la igualdad de género]”.
Entonces, ¿qué necesitan las organizaciones para usar eficazmente esos mecanismos y estimular las oportunidades de incidencia que representan?
“Necesitamos establecer [por ejemplo] [canales de] comunicación formal entre el CDH y los procesos de seguimiento y revisión anuales de los ODS. Ambos procesos deben vincularse entre sí para garantizar que los derechos humanos sean protegidos, concretados, defendidos y respetados para todas las personas de manera igualitaria y equitativa y que el desarrollo se garantice en toda su diversidad e inclusividad”, explica.
Los marcos de derechos humanos y de desarrollo sostenible ofrecen complementariedades que se pueden aprovechar. La experiencia de ARROW muestra que esos mecanismos son ventanas de oportunidad que están siendo utilizadas por organizaciones feministas para apoyar sus estrategias de incidencia nacionales y regionales para la promoción de la igualdad de género. Los datos y la evidencia recopilados a nivel local y nacional son herramientas poderosas que reflejan la realidad que viven las mujeres y las niñas teniendo en cuenta todas sus identidades transversales y, por lo tanto, influencian el diseño, la implementación y el monitoreo de políticas, leyes y presupuestos sensibles con respecto al género que garantizan sus derechos humanos.