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Facilitar el acceso a los servicios de planificación familiar en África Occidental 

De Suzanne N’Gouandi, Responsable de Comunicación – Francófona, Equal Measures 2030 

A escala mundial, los datos relativos al uso de anticonceptivos son impactantes. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), casi 257 millones de mujeres que quieren evitar embarazos no usan métodos anticonceptivos modernos y seguros. Entre ellas, 172 millones no usan ninguno. Estas cifras son, desde luego, alarmantes, pero reflejan la realidad de las mujeres y las jóvenes en todo el mundo. 

En África Occidental, donde la tasa de fecundidad es de las más altas del mundo, la prevalencia en materia de anticoncepción sigue siendo baja. Según la calculadora de igualdad de género de EM2030, si se mantiene la tendencia actual, una adolescente senegalesa que hoy tiene 18 años tendrá 40 cuando todas las mujeres en su país tengan acceso a la anticoncepción. 

Como yo, numerosas mujeres y jóvenes de África Occidental encuentran obstáculos para el uso de métodos anticonceptivos. Entre otros, podemos citar las contradicciones socioculturales, la pobreza, el miedo a los efectos secundarios, así como también la desinformación. 

Las reticencias con respecto a la anticoncepción explican la gran cantidad de embarazos no deseados y no planificados, los abortos en condiciones de riesgo y la alta tasa de mortalidad materna. En la subregión, alrededor de doscientas veinticinco (225) mujeres mueren por día al dar a luz, y por cada una de ella, otras 30 padecen problemas de salud. Se trata de una tasa de morbilidad y de mortalidad que produce pérdidas de productividad estimadas en más de cinco mil millones de dólares. 

Una encuesta llevada a cabo por el Guttmacher Institute constata que, entre 2015 y 2019, hubo 6.490.000 casos de embarazos no planificados en África Occidental, de los cuales 2.740.000 terminaron en abortos. Teniendo en cuenta que solo dos países de la región, Benín y Cabo Verde, legalizaron el aborto, es fácil imaginar cuáles son los riesgos a los que están expuestas las mujeres y las jóvenes. 

Los embarazos no planificados tienen enormes repercusiones en las mujeres, sus familias y la sociedad en su conjunto a causa de los gastos que se generan y su impacto en los progresos en materia de salud, educación e igualdad de género. Entonces, ¿qué se puede hacer? 

Dado que los derechos en materia de reproducción son derechos fundamentales, las mujeres y jóvenes deben poder decidir libremente acerca de la cantidad de hijos que desean tener, del momento en que desean tenerlos y del intervalo entre los nacimientos. Por lo tanto, es necesario aumentar la inversión en los servicios de anticoncepción para cubrir la demanda no satisfecha y, de este modo, garantizar la salud sexual y reproductiva de esas mujeres. 

Desde 2011, la asociación de Ouagadougou, un programa de cooperación de nueve países de África Occidental francófona, trabaja para mejorar el acceso a los servicios de planificación familiar. En 10 años (2011-2021), la asociación de Ouagadougou posibilitó el aumento del número de usuarias de anticonceptivos, que superó los 4 millones de mujeres y jóvenes en Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea, Malí, Mauritania, Níger, Senegal y Togo. Y también permitió evitar más de 18 millones de embarazos no deseados y 6 millones de abortos de riesgo. 

Para poder permitir a las mujeres y jóvenes tomar decisiones en lo relativo a su cuerpo y elegir con fundamento, es necesario llevar a cabo campañas de educación y concientización, así como también programas comunitarios que faciliten su acceso a una información completa y fiable y a consejos en materia de anticoncepción. 

De hecho, esa es una de las misiones de la Red Siggil Jigéen (RSJ), que trabaja por la mejora de la situación de las mujeres en Senegal. Gracias a un programa que busca convertir a los alcaldes en paladines de la planificación familiar, la organización logró convencer a 67 alcaldes para que movilizaran recursos estimados en más de 73 millones de francos CFA. Estos fondos sirvieron para apoyar actividades de planificación familiar en los municipios en cuestión y responder así a las necesidades no satisfechas de mujeres y jóvenes en el área de la anticoncepción.

 

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