¿Como garantizar la inclusión de las mujeres y niñas en el desarrollo digital en América Latina y el Caribe?
De Milena Páramo, Coordinadora Regional, CLADEM y Ester Pinheiro, Encargada de las comunicaciones – Español, Equal Measures 2030
El tema del Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo de este año estaba en consonancia con el tema prioritario del Sexagésimo séptimo período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW67): “La innovación y el cambio tecnológico, y la educación en la era digital para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
La problemática vinculada al acceso, permanencia y egreso en los diferentes niveles educativos digitales, también en materia de calidad educativa es un desafío en la región de América Latina y el Caribe (LAC). La interrupción escolar durante la pandemia de COVID-19 afectó a millones de niños, niñas y adolescentes en la región, y todavía no se sabe con certeza cuántas/os no pudieron permanecer en la modalidad virtual por no contar con dispositivos electrónicos o por carecer de conexión a internet.
A pesar de que la proporción de mujeres en todo el mundo con acceso a la internet creció del 53% al 67% de 2015 a 2020, solamente entre 10% y un 20% del alumnado en la región conta con estos dispositivos, según un informe de CEPAL (2022). Además, el 46% de los niños y niñas de la región de entre 5 y 12 años vive en hogares no conectados a internet. Y se estima que 4 de cada 10 mujeres en la región no están conectadas y/o no pueden costear una conectividad efectiva en la región.
Lo referido a las TIC´s también hacen parte del mapa de desigualdades que afectan a las niñas y mujeres, pero cuando se trata de representación de mujeres y niñas en la ciencia, la región de LAC supera el promedio mundial de mujeres y niñas en CTIM por 7 puntos, según las el Índice de Género de los ODS de 2022 de Equal Measures 2030.
Sin embargo, para Milena Páramo, Coordinadora Regional del Comité de América Latina y el Caribe (LAC) para la Defensa de los Derechos de las Mujeres – CLADEM, todavía hay una brecha de género por áreas de formación (escasez de mujeres en CTIM) como también barreras para acceder a todas las posibilidades del mundo virtual. “Las mujeres y niñas tienen menor acceso a dispositivos, plataformas y redes y su desarrollo de sus habilidades digitales es menor como consecuencia de los estereotipos de género que reproducen el imaginario sobre la tecnología como cuestión de varones,” analiza.
Las plataformas y redes sociales son espacios virtuales a los que se accede para comunicar, informar, encontrar, divertir, formar, atender a salud, trabajar, etc. Y en estos espacios, las niñas y mujeres están padeciendo formas de violencia machista, misógina y racista. De acuerdo con la ONU, 73% de las mujeres ya se ha visto expuesta o ha experimentado algún tipo de violencia en línea. Incluso las plataformas son violentas, un análisis global de 133 sistemas de inteligencia artificial reveló que 44,2% reproducen prejuicios sexistas, siendo 25,7% también racistas, según un informe de Stanford en 2021.
Las conductas violentas en los espacios digitales más comunes contra niñas y mujeres incluyen el hostigamiento o intimidación (ciberacoso o ciberbullying), un amplio espectro de agresiones sexuales (sexting sin consentimiento, sextorsión, grooming, entre otras), las campañas de desprestigio, y todas aquellas interacciones dirigidas a controlar, manipular, engañar o que promueven la cosificación, explotación y subordinación de las niñas y mujeres. ¿Considerando esta realidad, como reducir la brecha digital de género y garantizar la plena participación de las mujeres y niñas en el desarrollo tecnológico en América Latina?
Según Milena Páramo, los recursos que los países LAC destinan a educación, ciencia y tecnología suelen ser bajos. Esta debilidad podría ser revertida si los gobiernos valorasen que la inversión en estas áreas tiene el poder de transformar a mediano plazo las posibilidades de recuperación y crecimiento económico sostenible de la región. Por lo tanto, se necesitan políticas prioritarias de inclusión digital y la coordinadora regional de CLADEM cita algunas recomendaciones que deberían ser garantizadas:
- La conectividad escolar para que niñas, niños y adolescentes puedan acceder al conocimiento; garantizar que aquellas/os más marginadas/os tengan acceso a dispositivos como teléfonos, tablets; y promover contenidos y aplicaciones de aprendizaje.
- El desarrollo de infraestructura y los servicios digitales en zonas rurales, lugares que presentan un importante rezago en el acceso, el uso y la apropiación de las TIC´s.
- La redistribución de las tareas de cuidado en los hogares a fin de enfrentar uno de los principales condicionantes históricos que han restringido las mujeres de potenciar sus posibilidades en las áreas CTIM.
- La incorporación en la educación digital, perspectiva de género y de derechos humanos para impulsar las trayectorias educativas de las niñas, ampliando sus posibilidades educativas e incidir en sus posibilidades laborales a futuro.
- La superación el déficit de habilidades digitales en las niñas, las cuales se incrementan en los casos de niñas pertenecientes a zonas rurales, de origen étnico, o de clases populares. Estas políticas deben apuntar a desestructurar uno de los nudos de desigualdad que relacionan con los patrones culturales patriarcales.
- Políticas que regulen todo el ecosistema digital para evitar que las plataformas incrementen las violencias contra las mujeres.
Así como abordado en la CSW67, el acceso de las mujeres y las niñas a las tecnologías debe ser una prioridad ya que la brecha digital les afecta de varias formas, pudiendo impedirles que obtengan información sobre salud, violencia doméstica y acceso a recursos educativos. La brecha digital todavía es uno de los grandes desafíos en los países de la América Latina, que deben hacer el futuro de la educación y la transformación digital más inclusiva e interseccional.