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Garantizar el derecho humano al cuidado: Una agenda clave para la igualdad y la justicia de género  

Escrito por Cecilia Garcia

Del 12 al 15 de agosto, México fue la sede de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, centrada en la construcción de una sociedad del cuidado y el avance de la igualdad de género. La reunión de este año fue especialmente significativa ya que conmemoró el 30 aniversario de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, y reunió a más de 1,200 representantes de gobierno, sociedad civil, movimientos de mujeres y feministas, la academia, organismos intergubernamentales, parlamentarias, agencias de cooperación y del sistema de Naciones Unidas.  

Un fallo histórico sobre el cuidado  

La conferencia se llevó a cabo en el marco de un fallo histórico de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que el pasado 7 de agosto, reconoció el derecho al cuidado como ‘una necesidad básica, ineludible y universal, de la cual depende tanto la existencia de la vida humana como el funcionamiento de la vida en sociedad’.  

Esta sentencia representa una victoria para los movimientos feministas de América Latina y el Caribe (LAC) que durante casi dos décadas han impulsado el reconocimiento del derecho al cuidado como un pilar fundamental pare el logro de la igualdad y la justicia de género. Además, sienta las bases para que los gobiernos y otros actores tomen las medidas reflejadas en el Compromiso de Tlatelolco —una hoja de ruta a nivel regional y nacional para los próximos 10 años, orientada a crear los marcos normativos institucionales y de fortalecimiento de la capacidad de los Estados para garantizar el derecho al cuidado, la movilización de recursos, la cooperación, la evaluación y la rendición de cuentas.  

Este cambio es particularmente importante dado el contexto actual. Nuestro Índice de Género de los ODS 2024 revela que, a partir de 2015, en la región de América Latina y el Caribe, los puntajes de los indicadores de las percepciones de las mujeres sobre el bienestar económico, la seguridad alimentaria y la asequibilidad de la vivienda cayeron para 2022. En un contexto de crisis interconectadas en materia de democracia, recursos, seguridad y protección, los cambios en la dinámica demográfica y las necesidades de cuidado hacen aún más urgente la creación de sistemas integrales de cuidado. Para que estos sistemas sean eficaces, deben basarse en perspectivas feministas, interseccionales, interculturales y territoriales. Las transformaciones en los ámbitos político, económico, social, cultural y ambiental a favor de las mujeres y las niñas, requiere de compromisos políticos firmes, acciones contundentes y una participación inclusiva de los movimientos feministas y de mujeres.  

El rol de los datos  

Contar con datos de género confiables, oportunos y accesibles, será fundamental para impulsar dichos esfuerzos. Por ello, el relanzamiento del Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), anunciada durante la conferencia regional, es fundamental.  Este observatorio ayudará a monitorear el progreso (o falta de él) en las políticas de igualdad de género y de cuidados en la región, garantizando la rendición de cuentas de los compromisos asumidos hace 30 años que mantienen su vigencia en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  

La coalición EM2030, junto con nuestras tres socias en la región —CLADEM, ASOGEN y Ruta Pacífica de las Mujeres— se enorgulleció de participar en este importante evento. Previo a la conferencia, EM2030 llevó a cabo un taller de incidencia basada en datos en la que participaron 30 personas defensoras de la igualdad de género de México, Colombia y Guatemala. Durante esta jornada de formación y aprendizaje compartido, reflexionamos sobre la importancia de los datos para impulsar la igualdad de género y construir sociedades del cuidado. CLADEM también organizó un evento paralelo titulado “Deudas y desafíos de la democracia con las mujeres en América Latina y El Caribe: La paridad y las políticas de cuidados como mecanismos clave para el avance de la democracia paritaria”, que destacó la interconexión entre las políticas de cuidado y las democracias sólidas que garantizan la participación política de las mujeres y la justicia económica y social. 

Mirando hacia el futuro 

Nuestra tarea por delante es consolidar los recientes avances en la agenda del cuidado y contrarrestar a las fuerzas conservadoras y antiderechos que buscan revertirlos. Esto implica afrontar la crisis financiera de frente, garantizar que las mujeres y las niñas tengan voz en cada mesa de toma de decisiones y construir sistemas de cuidado duraderos. Lograr la igualdad de género no puede esperar otros 100 años, y el reconocimiento del cuidado como un derecho humano no puede negarse a la próxima generación. 

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