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Aumenta la igualdad de género en el mundo, pero no con suficiente rapidez. Estas son las causas.

Autora: Alison Holder 

En este Día Internacional de la Mujer, si se cansa de logotipos rosas y campañas comerciales sobre el “Poder Femenino”, tal vez le resulte más provechoso intentar buscar una respuesta genuina a la pregunta “¿Por qué el mundo no progresa más rápido hacia la igualdad de género?”. Aquí le doy una pista: la repuesta tiene que ver con una barrera omnipresente que afecta a más del 85% de las niñas y las mujeres del mundo. Y las activistas por los derechos de las mujeres, como Equal Measures 2030, se congregarán (convocadas por Oxfam y NAWI, entre otros actores) durante la próxima semana en la ONU para alzar la voz al respecto. 

Esa barrera es la austeridad y la falta sistemática de recursos suficientes para los servicios públicos y la infraestructura social (incluida la infraestructura relacionada con los cuidados) en la gran mayoría de los países del mundo.  

Sabemos que la austeridad perjudica particularmente a las mujeres, por los siguientes motivos:  

  • En la mayoría de los países, en el sector público predominan las trabajadoras mujeres, que son las más afectadas por la pérdida de puestos de trabajo debido a las medidas de austeridad.  
  • Los recortes en los servicios públicos incrementan las responsabilidades de cuidado de las mujeres y las exponen a mayores riesgos para la salud y de violencia.  
  • Las mujeres representan una proporción mayoritaria en los sectores laborales precarios e informales y cuando se debilitan las normas del mercado laboral se agravan los riesgos que enfrentan en el ámbito del trabajo, y que incluyen desde explotación hasta peligros para la integridad física.  
  • Por último, el desmantelamiento del estado de bienestar tendrá, ineludiblemente, un impacto negativo en las mujeres marginadas que viven en situación de pobreza. 

Estamos exactamente a un año de que se presentara el Índice de Género de los ODS de 2022, para el cual recogimos datos de 144 países y comprobamos que ninguno había alcanzado la igualdad de género. Al ritmo de avance actual, la igualdad de género no se alcanzará a nivel global hasta el año 2108, como lo más pronto. 

Acelerar el progreso en materia de igualdad de género requiere de recursos e inversiones, como inversiones en servicios públicos universales y protección social, e inversiones en infraestructura de atención. Los fondos que se inviertan ahora en atención de la salud, educación, programas de bienestar y salarios dignos para quienes trabajan en la función pública se traducirán en sociedades más sanas, ricas y sostenibles para todas las personas. 

Sin embargo, investigaciones recientes publicadas por la campaña #EndAusterity han concluido que, para 2023, el 85% de la población mundial vivirá bajo las consecuencias de medidas de austeridad. Ya sea por ideología o condiciones impuestas por prestadores como el FMI y el Banco Mundial, los países —independientemente si son ricos o pobres y en todas las regiones— están implementando programas dañosos de recortes de gastos que impactan con mayor gravedad en las mujeres y las niñas de los sectores más pobres y marginados. 

Los propios datos del Índice de Género de los ODS elaborado por EM2030 contribuyen a mostrar que la austeridad tiene un impacto negativo en la igualdad de género y retarda el progreso mundial hacia el logro de nuestros objetivos de igualdad. 

  • El Índice de EM2030 sondea cuánto están gastando los países en sus fuerzas militares (un valor que se ajusta para considerar el PIB del país o su nivel de riqueza). ¿Por qué? Porque este indicador ayuda a ver que la austeridad es una elección política más que una necesidad fiscal. Efectivamente, concluimos que dos tercios de los países aumentaron su gasto militar entre 2015 y 2020. Pareciera que no hay una “fuente mágica de dinero”, excepto cuando se trata de gastos militares. 
  • EM2030 también analiza las leyes vinculadas con la fortaleza de los sindicatos y los derechos laborales. Nuestro índice concluye que más del 40% de los países estudiados debilitaron los derechos de “libertad de asociación y negociación colectiva” entre los años 2015 y 2020. Ante estas tendencias, no debería sorprender que tantos países se hayan topado con muy poca resistencia organizada a sus regímenes de austeridad. 

Los nexos entre falta de progreso en materia de igualdad de género y austeridad pueden ser identificados en tres ejemplos nacionales: Ecuador, Brasil y el Reino Unido son tres países que han atravesado décadas de medidas de austeridad y que no están logrando “ningún progreso” o avanzan “en el sentido equivocado” en el Índice.  

La “ortodoxia de la austeridad” entorpeció el curso de los avances en igualdad de género y ahora es momento de recordar que el Día Internacional de la Mujer empezó con las luchas de la clase trabajadora y los movimientos por el sufragio de principios del siglo XX. Si pretendemos acelerar los avances en igualdad de género para que esta pueda alcanzarse antes de nuestra proyección del año 2108, debemos unirnos para oponer resistencia a los recortes dañosos y promover inversiones genuinas que contribuyan a un futuro con mayor igualdad, prosperidad y sostenibilidad para todas las personas. 

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